Sebastião Salgado, uno de los fotógrafos más influyentes del siglo XX y XXI, nos ha dejado recientemente, pero su legado permanece imborrable. Nacido en Brasil en 1944, Salgado dedicó su vida a documentar la condición humana y la belleza del planeta con una sensibilidad única. Su formación como economista le dio una perspectiva profunda sobre las desigualdades sociales, lo que se reflejó en cada uno de sus proyectos fotográficos.
Entre sus obras más conocidas se encuentran Workers (1993), un homenaje visual a la clase trabajadora del mundo; Migrations (2000), que retrata los desplazamientos humanos forzados por la pobreza, la guerra y el cambio climático; y Genesis (2013), un proyecto monumental que celebra la majestuosidad de la naturaleza virgen. Cada imagen de Salgado es una lección de empatía, composición y compromiso con la verdad.
Desde este pequeño rincón dedicado a la fotografía, quiero agradecer profundamente su mirada, su ética y su incansable labor por mostrar lo invisible. Gracias por enseñarnos que una cámara puede ser también una herramienta de justicia y poesía. Tu obra seguirá inspirando a generaciones de fotógrafos y soñadores.
Fuente: El Pais

